El sudeste asiático está repleto de islas. He visitado más de 30, pero si tuviera que elegir algunas para quedarme una temporada, sin duda, serían algunas de las que nombro a continuación.
Hay islas de todos los tipos en cada país, lo cual significa que vayas donde vayas, podrás encontrar tu isla especial, aquella en la que no te importaría quedarte una temporada, olvidarte del reloj, de los zapatos, y zambullirte en la vida isleña tropical.
Estas islas tienen algo mágico que me atrapó:
MALAPASCUA (Filipinas)
Diminuta isla filipina en el mar de Bisayas, de 2.5 km de largo x 1 de ancho. Quizás por su tamaño, hace honor a la idea que todos tenemos de vida isleña.
Ritmo tranquilo, sonrisas, puedes andar descalzo por toda la isla, no existen las carreteras ni los coches y se recorre caminando sin dificultad.
El nombre de Malapascua se debe a los colonizadores españoles, quienes quedaron varados allí el día de Navidad de 1520, y por estar pasando un día tan significativo lejos de sus familias llamaron al lugar Mala Pascua. Los filipinos la llaman Logon.

Tiburón de punta blanca escondido bajo unas rocas
Es famosa en el mundo del buceo ya que es uno de los pocos lugares del mundo donde poder ver el famoso tiburón zorro.
Yo pasé aquí unos días en 2016 con una amiga. Hicimos dos inmersiones a la isla Gato, donde pudimos ver, entre otros animales, a varios tiburones de punta blanca.
Este pequeño rincón paradisiaco se encuentra pocos kilómetros al norte de la isla de Cebú, desde donde se toma el barco para llegar a Malapascua.
En ella encontrarás gallos y cerdos como es habitual en Filipinas, gatos y perros callejeros adorables, un curioso faro, playas de arena fina y unos atardeceres espectaculares.
A pesar del tamaño, las noches son animadas, el karaoke es popular como en todo el país, y podrás tomarte unas cervezas frías en alguno de los bares al lado del mar.
Definitivamente, una isla donde relajarse y gozar de los pequeños placeres de la vida.

Aunque puedes cruzar la isla caminando, por unos pocos pesos este chico me cruzó en moto
KO YAO NOI (Tailandia)
En 2014, durante mi periplo por el sudeste asiático, buscaba alguna isla poco conocida y no tan masificada como Ko Phi Phi o Ko Tao. Encontré Ko Yao Noi en el mapa y fui al puerto de Ao Nang a comprar mi billete para el barco. El señor de la taquilla me preguntó por qué quería ir donde no iba casi ningún turista, le respondí que precisamente ese era el motivo.
Escribí un post en su momento sobre mi experiencia allí. Han pasado 9 años y seguramente la isla haya cambiado, pero también estoy segura de que sigue manteniendo ese espíritu apacible y alejado del turismo de masas que impera en muchas de sus islas vecinas.
Noi significa pequeña, y es que también existe Ko Yao Yai, que es su isla hermana mayor, la cual no visité.
¿Qué encontrarás en esta isla? Playas solitarias, muchos árboles de caucho, esta industria es importante en la isla, gatos, cangrejos que se esconden en sus huequitos en la arena, aguas prístinas y gente muy amable y no tan acostumbrada al turismo como en otros lugares de la zona.
La mayoría de sus habitantes son musulmanes y hay varias mezquitas, y por supuesto la llamada a la oración varias veces al día, algo que me encanta y me parece mágico.
Me alojé en un bungalow sencillo, alquilé una bici eléctrica que pesaba tanto y era tan vieja, que fue peor que ir en una bici normal, aun así, recorrí la isla entera parándome en playas a leer, bañarme, comer o descansar.
Desde las playas puedes ver el increíble paisaje de promontorios rocosos en el mar tan característico de Krabi. Es un lugar idílico y en esta isla se encuentra uno de los resorts de lujo más exclusivos de Tailandia, el Six Senses Yao Noi.
En esta isla del mar de Andamán disfruté de la compañía de los gatos, me picaron muchísimos mosquitos, hormigas también, y pude darme cuenta de que todavía existen lugares bastante vírgenes incluso en un país como Tailandia.
Algo curioso que me sucedió al irme de la isla, es que, en el barco, que previamente había recogido pasajeros en la isla grande (Ko Yao Yai), conocí a un chico ucraniano con quien hablé hasta llegar a puerto. Me contó que había ido a Ko Yao Yai solo porque allí se encontraba uno de los mejores masajistas tailandeses del mundo. El chico ucraniano me escribió su nombre y email en un papel. Nunca más nos vimos. Años después, encontré el papel, busqué su nombre en internet y resulta que es un conocido cantante con más de medio millón de seguidores en Instagram. Se llama Estas Tonne.
PERHENTIAN (Malasia)

Tienda de campaña donde dormía
Algo más grandes que la antes mencionada Malapascua, estas islas de la costa malaya son un paraíso de aguas turquesas ideales para el snorkel y buceo.
La isla grande es Pulau Perhentian Besar, y la pequeña Pulau Perhentian Kecil, que es en la que estuve. Besar es para un turismo más familiar o tranquilo. Kecil, en cambio, para un turismo mochilero o de bajo presupuesto.
Es importante saber que deben visitarse en temporada seca, de marzo a octubre, ya que en época de monzón la mayoría de los alojamientos y servicios turísticos están cerrados.
Me alojé en una carpa (tienda de campaña) que me alquiló un señor local. Obviamente, el lugar era muy sencillo y bastante precario, pero muy barato. Un día encontré una araña gigante dentro de la tienda de campaña.
Dormía a pocos metros del mar, así que recorrí gran parte de la costa haciendo snorkel. Una maravilla.
Unos días después, cambié a una cabañita de madera frente al mar. Muy sencilla también, pero estaba en lo alto de un acantilado, así que las vistas eran impresionantes.
Hay un sendero que atraviesa la isla en 10 minutos uniendo las 2 playas más importantes, Long Beach y Coral Bay.
En definitiva, si quieres aislarte del caos y de las grandes ciudades malayas por unos días, las islas Perhentian son el plan perfecto, porque además el Wi-Fi no es que sea el mejor. Desconecta y adéntrate en el mar, lo más probable es que te encuentres alguna tortuga.

Long Beach

Cabaña frente al mar, mi segundo alojamiento en la isla
OKINAWA (Japón)
Si bien Japón no pertenece al sudeste asiático, Okinawa es parte del archipiélago de las Ryūkyū, que se encuentran más cerca de Taiwán que del resto del territorio japonés. Además, Okinawa tiene un clima subtropical con una temperatura media de 23 grados, así que he decidido incluirla en esta lista.
Celebré la Navidad de 2011 en un lugar bastante remoto, la isla de Okinawa, que es la más grande del archipiélago.
Okinawa también es conocida por ser una de las regiones del mundo donde la gente es más longeva, debido, en parte, a su gastronomía, con especial hincapié en su batata y las verduras verdes.
¿Qué hizo especial mi visita a Okinawa?
Intento practicar buceo en todos los países a los que voy, así que estando en Okinawa, no podía no probar. Nunca olvidaré esa inmersión.
Fui en un barco solo con mi guía de buceo Atsushi, era un día lluvioso y gris, el barco nos dejó lejos de la costa, y se fue. Aunque practique buceo, el mar me da bastante respeto. Ver el barco alejarse, y verme a mí, con un desconocido, flotando en medio del mar en un día lluvioso, no era la idea de inmersión que había imaginado en una isla tropical.
Lo último que me dijo antes de sumergirnos fue que, si veía un tiburón, no me moviera y no entrara en pánico. Oh my God! Gracias Atsushi por dejarme más tranquila.
No vimos ninguno, sí muchos peces y corales, y también escuché durante toda la hora que estuvimos bajo el agua, un sonido que no sabía qué era, pero que estuvo presente durante toda la inmersión. Al salir a la superficie, Atsushi me preguntó: ¿escuchaste las ballenas? Estamos rodeados. MÁGICO. INOLVIDABLE.
Si estás en Japón, escápate a Okinawa, es otro mundo.

Atsushi y yo en el barco después de la inmersión
LOMBOK (Indonesia)
Campos de arroz, playas de arena blanca, de arena negra, el volcán Rinjani, mezquitas de mil colores y cascadas en la selva son solo una parte de lo que vas a encontrar en esta isla cautivadora a más no poder.
Pasé 10 días donde me pasó de todo, lo puedes leer aquí, pero, a pesar de lo malo, volvería con los ojos cerrados.
La isla contigua a la archiconocida Bali, tiene mejores playas, mejores precios, y no está tan turísticamente explotada. Una joya salvaje en Indonesia.
Es una isla grande. Más pequeña que Bali pero más grande que Bohol o Mallorca, por ejemplo. El monte Rinjani sobresale entre la niebla, siendo el segundo volcán más alto de Indonesia con 3726 msnm y la estrella de la isla.
Yo estuve en Ramadán, lo cual influyó ligeramente ya que se trata de una isla mayoritariamente musulmana. La recorrí en moto, lo cual me permitió llegar a cualquier playa, pueblo o cascada, y aquí vi algunas de las mejores puestas de sol de mi vida.
Sin duda, una isla exuberante para recorrerla a tu ritmo y disfrutar de su gente y su gastronomía. ¿Te he dicho ya que amo el mee goreng?
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